Resulta chido cuando, después de un año, puedo festejarlo solo. El, definitivamente, ya no me interesa. Lo que me puede es estar solo. Eso es lo complicado. No hay problema ya si no estoy con el. No me interesa si lo veo con el otro cabrón si ni siquiera se su nombre. No me interesa saber que Manuel duerme en otra cama u otros brazos. No me interesa saber si Juan vive su vida y no me busca. No me interesa saber si Leo no está junto a mi.
Lo que me encabrona es estar solo...
Uno de ellos, tal vez el más especial |